
Me encuentro bastante lejos de donde escribo habitualmente, estoy en Lleida.
En esta ocasión, porque mañana domingo bautizan al hijo de mi amigo Pedro (llamemosle Periko) ya que abuelo, padre e hijo tienen el mismo nombre.
A la vez, me sirve para desconectar de los problemas que ultimamente caen sobre mi en Bizkaia.
Aquí el único problema es el calor, en una palabra insoportable de día y de noche. Salimos ayer de Bilbao con 22 grados a las seis y media, para que el termómetro aumentara hasta los 28 cuando llegamos a la ciudad catalana.
Con la familia hechando la siesta, intentando llevar de la mejor forma el calor reinante. El lunes vuelve el currelo y yo a la rutina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario