Si este disparo del guipuzcoano Igor Gabilondo, no hubiera o hubiese entrado en la portería del meta Osasunista Ricardo. Hubiera o hubiese sido otro disparo el que se hubiera colado, más que nada porque el Athletic va (en Liga y en Copa) cuesta abajo, sin frenos y con el acelerador trabado.Mientras el tren rojiblanco no descarrile, lo mejor sera vivir este "subidon" que tiene la parroquia rojiblanca -sin haberse metido ninguna sustancia de moda-.
Cuando he llegado a San Mames, se respiraba que algo agradable estaba por suceder en La Catedral. La gente -con más de lo normal, para ser en día laborable, hora extraña y televisado- hacia largas colas, para conseguir una entrada.
Lo comentaba con un compañero de trabajo, que se sentía ese algo especial. Esta misma persona me dijo que esperaría cinco minutos, para entrar al campo.
Lo siento "Luisito", te perdiste el descorche de la botella -el 1-0- que significaba el comienzo de una noche, que hace mucho pero que mucho tiempo no se recordaba en San Mames.
Estos jugadores, que tanto nos han hecho sufrir en las pasadas temporadas y en el comienzo de esta. Esta noche, han saltado para hacer ha pies juntillas lo que su entrenador les había marcado en la pizarra.
Con "San Mames" colocando sus manos en los hombros de dos jugadores mal queridos por su afición (Igor Gabilondo e Ion Velez), pusieron las velas en una Catedral hoy -en algunos momentos- "multiorgasmica" con su equipo.
Hasta el arbitro, con acciones más que discutibles se sumo a la fiesta (a su modo, el Señor Borbalan).
Y el Osasuna, con algunos jugadores extranjeros (un israelí y un francés) que mas que jugar al fútbol, tendrían que estar detenidos por macarras del fútbol. El segundo, siendo expulsado por segunda vez en San Mames y en la misma zona del campo -junto a los vestuarios- para irse del partido como han dicho mis colegas navarros y no admitida por su mister José Antonio Camacho.
El domingo en San Mames contra el Valencia y el Miércoles -si la television quiere- contra el Sporting de Gijon.